Luisa González, del partido Movimiento Revolución Ciudadana, tomó el domingo la delantera en la primera vuelta de las elecciones presidenciales y legislativas de Ecuador, que se han visto empañadas por asesinatos políticos mientras la nación andina lucha contra una ola de violencia que ha llevado las tasas de homicidio a niveles récord. niveles.
González se enfrentará al sorpresivo segundo clasificado, Daniel Noboa, en una segunda vuelta electoral en octubre, según el Consejo Nacional Electoral de Ecuador (CNE), ya que ninguno de los candidatos ganó más del 50% de los votos.
“Estos resultados preliminares ya muestran una tendencia que garantiza que los ecuatorianos irán a una segunda vuelta el 15 de octubre”, dijo el domingo la presidenta del CNE, Diana Atamaint.
González es vista como una protegida del ex presidente izquierdista Rafael Correa, quien todavía ejerce una gran influencia en el país y ha apoyado su candidatura desde el exilio en Bélgica. El expresidente fue condenado en rebeldía en 2020 a ocho años de prisión por cohecho agravado, cargo que ha negado reiteradamente.
González ha prometido mejorar el gasto público y los programas sociales y quiere abordar la crisis de seguridad solucionando las causas fundamentales de la violencia, como la pobreza y la desigualdad. González, ex ministro de Turismo y Trabajo del gobierno de Correa, también ha pedido que se refuerce el poder judicial para ayudar con los procesamientos, dicen los analistas.
Daniel Noboa es hijo del empresario bananero Álvaro Noboa, quien se ha postulado a la presidencia al menos cinco veces. El hombre de 35 años era legislador antes de que el presidente saliente Guillermo Lasso disolviera la legislatura y convocara elecciones anticipadas.
El centrista, del partido Acción Democrática Nacional, se ha comprometido a crear más oportunidades laborales para los jóvenes, atraer más inversión extranjera y ha sugerido varias medidas anticorrupción, incluidas sentencias por evasión fiscal.
La delincuencia ha encabezado la agenda de la carrera presidencial de este año, que estuvo marcada por el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, un periodista abiertamente anticorrupción.
Su asesinato ha puesto de relieve una reciente escalada de violencia, alimentada por el auge de la cocaína, que ha visto a organizaciones criminales transnacionales y pandillas locales involucrarse en sobornos y extorsión de alto nivel, invadir prisiones y asesinar a cualquiera que se interponga en su camino.
Días después del asesinato de Villavicencio, un funcionario del partido local de izquierda, Pedro Briones, fue asesinado a tiros en la provincia de Esmeraldas.
Los disparos interrumpieron la caravana de Noboa el jueves mientras viajaba por la provincia de Guayas, pero las autoridades dicen que el candidato presidencial no fue el objetivo del incidente.
Los candidatos llevaban chalecos antibalas el día de las elecciones mientras las fuerzas de seguridad estaban apostadas fuera de los colegios electorales en medio de amenazas de violencia.