Japón implementa un impuesto turístico en el famoso “santuario flotante” para combatir el exceso de turismo

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El popular santuario Itsukushima de Japón ahora se ha vuelto un poco más caro de visitar.

La puerta torii de color naranja brillante que parece flotar en un lago es uno de los lugares fotográficos más bellos y reconocibles del país.

Ubicado en la ciudad de Hatsukaichi, en la prefectura de Hiroshima, el torii (una puerta de entrada al santuario) es parte de un complejo sintoísta de 1.400 años de antigüedad catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su llamativa apariencia la ha convertido en una de las atracciones más reconocibles de Japón; incluso el presidente Joe Biden la visitó a principios de este año.

Sin embargo, esa popularidad ha tenido un inconveniente. Hatsukaichi ha luchado durante mucho tiempo contra el exceso de turismo, lo que llevó a los funcionarios a implementar un impuesto turístico, que entró en vigor el domingo. Originalmente, la implementación del impuesto estaba programada para 2021, pero la pandemia lo retrasó.

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Cada visitante de Miyajima, el punto de acceso a la isla para el santuario, ahora paga 100 yenes (67 centavos). Si un viajero está interesado en realizar varias visitas, puede comprar un pase de 500 yenes (3,33 dólares) que es válido por un año.

Los fondos se destinarán a la construcción y mejora de la infraestructura turística, como baños públicos, al mantenimiento de la arquitectura del santuario y al fomento del ecoturismo en la zona.

“Sentimos la necesidad de crear un entorno hospitalario para los turistas y al mismo tiempo garantizar el sustento de los isleños”, dice Shunji Mukai, funcionario del departamento de planificación de la ciudad. “Esperamos que los turistas se conviertan en partes interesadas que se unan a nosotros para proteger Miyajima compartiendo responsabilidades”.

Una iniciativa llamada Otros Mil Años está detrás de los esfuerzos para cuidar y preservar Miyajima y el Santuario Itsukushima.

“Esperamos que los futuros visitantes se conviertan en guardianes de la isla al igual que los residentes”, se lee en una declaración de misión publicada en el sitio web de la iniciativa. “¿Por qué no empezamos a hacer lo que podemos hacer ahora con orgullo? Una isla que consagra a los dioses, la apreciaremos durante otros mil años”.