Mire, hace poco más de un año, firmé la Ley bipartidista CHIPS y Ciencia. Ese acto hizo dos cosas. Disculpe, estoy un poco resfriado. En primer lugar, es una inversión histórica para traer de vuelta la industria de los semiconductores a Estados Unidos. Inventamos los semiconductores, esos pequeños chips de computadora que tienen aproximadamente el tamaño de la punta del dedo meñique. Afectan a casi todo en nuestras vidas, desde los teléfonos móviles hasta los automóviles, los refrigeradores y los sistemas de armas más sofisticados que tenemos.
Estados Unidos inventó estos chips. Pero con el tiempo, pasamos de producir casi el 40 por ciento de los chips del mundo a producir poco más del 10 por ciento.
Y como resultado de la Ley CHIPS y Ciencia, las empresas de semiconductores de todo el mundo están invirtiendo más de cien mil millones de dólares para devolver la producción de chips a Estados Unidos. He visitado casi todos los centros importantes, empezando por Corea del Sur, y quieren estar aquí, construyendo los chips aquí en Estados Unidos.